Realmente cuando pasan, no me frustran los comportamientos desafiantes, los golpes, mordidas o empujones ya que comprendo que son comportamientos normales de la primera infancia. Lo que me frustra demasiado es que no puedo ser la maestra que imagine, que el ambiente, después de varios meses sigue sin verse como en otros colegios que siguen la filosofía Montessori y que hay situaciones que viven los niños que sigo sin comprender.
Algunas personas comentan lo que yo misma también me repito constantemente, "es normal, son etapas del desarrollo", "a todas las escuelas y a todas las maestras les pasa" pero yo, tal vez en mi muy crecido ego, no soy cualquier maestra y eso también me pone triste, enojada, frustrada... yo soy guía Montessori, he estudiado muchos años el desarrollo infantil entre muchas otras herramientas y aun así, seguimos sin tener un ambiente impecable, seguimos sin recoger el material, seguimos teniendo niñitos que no hablan o hablan poquito y sobre todo, tenemos golpes, mordidas, empujones.
¿Tendrán la culpa los niños?, ¿Tendrán la culpa mis compañeras? o ¿será culpa de los papás?, muy probablemente sea mi culpa que hay algo que no hago, hay algo que no veo... son pensamientos que pasan en mi cabeza.
Y al final me doy cuenta que gran parte de mi estrés y la frustración vienen de que... tengo muy altas expectativas. Busco que los niños sean como sale en los libros o en los videos de otras escuelas Montessori, no como ellos necesitan ser. Y si bien, es bueno ver las situaciones en retrospectiva nosotros las docentes, ni los niños tienen alguna culpa de que haya comportamientos que aun no se puedan cambiar.
Debo seguir observando y dejandome guiar por los niños, por lo las pistas que ellos dan. Debo reinvertarme y crear nuevas situaciones aunque duela un poco cambiar.
Debo dejar ir mis expectativas y ajustarme a las realidades.
Miss Dana.
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